Este libro se ocupa de las historias de la gente que vivió y, muchas veces, padeció la revolución mexicana. Por lo mismo, el análisis se desplaza de los grandes movimientos más conocidos al de aquellos otros, de menores dimensiones, poco conocidos o aun desconocidos, que se producían en las localidades. Al examinar los papeles guardados en los pueblos y escuchar la voz de sus ancianos, pareciera que las experiencias de los días de la revolución tuvieran mayor significado que sus resultados a largo plazo. Se muestra la importancia de una zona agroindustrial entre la Ciudad de México y el Puerto de Veracruz; las cambiantes relaciones que se produjeron allí entre la transformación de la tenencia de la tierra, la inmigración interna, el desarrollo de una fuerza laboral, la penetración de ideas y emociones radicales, las movilizaciones rurales y obreras, y un nuevo Estado en formación. Más que estudiar los cambios políticos, económicos y sociales que vendrían después de 1910, se buscó un acercamiento mayor a las experiencias de lucha de pueblos, familias, mujeres, trabajadores y trabajadoras del campo y las fábricas, parceleros, profesores, hacendados, industriales. ¿Cómo vivieron la revolución? ¿A qué retos, peligros y oportunidades se enfrentaron? ¿Qué estrategias utilizaron para sobrevivir?