Reinterpretación de la eterna espera de Penélope, la mujer que tejía y destejía, esposa de Odiseo. Aquí ella nos cuenta, desde el Hades y con la sabiduría que da el tiempo, su suerte y las de sus criadas. Llena de ironía, con un humor muy negro, Atwood le brinda voz a la mujer que Homero solo nombró de pasada.
Ganadora en dos ocasiones del Premio Booker -en el año 2000 con El asesino ciego y en 2019 con Los testamentos-, un hecho insólito en la historia del máximo galardón literario de las letras anglosajonas, la aclamada autora de El cuento de la criada nos sorprende con una valiente reelaboración del mito de Penélope, esposa de Odiseo y símbolo por excelencia de la fidelidad conyugal a lo largo de los siglos.
En el relato homérico, tras la marcha de Odiseo a la guerra de Troya, Penélope se las compone -mientras teje y desteje incansablemente su tapiz- para conservar el reino de Ítaca, criar a su hijo descarriado y mantener a raya a una caterva de pretendientes. Cuando, al cabo de veinte años, Odiseo regresa a casa tras superar un sinfín de contratiempos, enfrentarse a seres monstruosos y acostarse con diosas, mata a los pretendientes de Penélope y, curiosamente, también a doce de sus doncellas. En una espléndida vuelta de tuerca al mito antiguo, Margaret Atwood ha decidido contar su versión de Penélope y sus doce criadas ejecutadas. Sabio, poético y lúdico a un tiempo, el resultado es un retablo deslumbrante y turbador que presenta una dimensión desconocida de la abnegada esposa de Odiseo y ofrece una interpretación atrevida de un antiguo misterio.