En los declives de la luz, del Centro a Chacarita, las criaturas se declaran en estado de cacería.
Casi alertas y sin rumbo bajan la calle Corrientes.
(La presa es una idea fija, un sexo, una bolsita.)
Tumba de vientos y tambores en la calle Corrientes. Tarqueada y ginebra en el Abasto. Derrotero de la poesía y la furia. Soterrado lo que late, la corriente fuerte de la vida. Las aristas de
un mundo para morder y ser mordido. Ejercer la crueldad de los niños. El lujo de un egoísmo
terrible. El desparpajo de los locos que bailan en la calle desafiando gorras y chalecos.