Leticia es el poema, cada palabra se escribe con su vida. Su vértigo es música en el lenguaje, y
no tiene dudas: se lanza en una caída espléndida para alcanzar la belleza. Heroína de un ballet
de la noche, desciende danzando con las fuerzas del idioma... Comprende que su «don es escalar
hacia abajo» (que «cuando se desarma las palabras cantan»), se pierde de una vez y para siempre,
porque ésa es la forma en que puede encontrarse, y así, renuncia a la seguridad del encierro.
Elige la incertidumbre del barranco, y el espacio se multiplica en sus giros. En las palabras está
su valentía, se lanza a ellas, al abismo que parece imposible para la fuerza del poeta, pero al fin
se eleva en ese vacío, y canta el desbarranco para sanar nuestra herida de mundo.
Leticia Hernando crea un territorio de libertad que interpela nuestra vida. Maestra del arte del
desbarranco, nos enseña el misterio.