Escrita con una prosa dotada de deslumbrantes poderes sensoriales, Los recuerdos del porvenir marcó el luminoso arranque en la trayectoria de Elena Garro. El pueblo de Ixtepec es quien cuenta en estas páginas una sucesión de episodios en los que se mezclan la crueldad y la fe, la pasión y el odio, la mentira y la perfidia, con la mirada propia de los grandes relatos fantásticos, a través de un amplio reparto de personajes de las distintas capas sociales, desde prostitutas y los campesinos hasta las antiguas familias y los religiosos. Ixcatepec se ubica en la tierra caliente del corazón de México, en un sitio que es todos y es ninguno, pues se trata del pueblo imaginario en que Elena Garro ambientó su representación de los convulsos años de posrevolucionarios de un México en el que la injusticia del despojo de tierras, el racismo y la violencia contra las mujeres eran, como lo son hoy, un asunto de todos los días.