Estos textos logran componer la escena dentro de la escena en dos excelentes piezas de dramaturgia que apasionan en un ménage à trois. Dos es la regla, ella y él. Lo otro es tentación. En Sueño Coreano, un extraño hombre al oriente, en el patio, hace que las
noches y los días se confundan entre las crecientes invasiones que este extraño realiza hacia la escena desde el norte y desde el sur, marcando la disputa entre dos fronteras. En La Boca Salma nada y
nada en la piscina entre la humedad que se le va pegoteando a Aurelio en un juego devorador de infdelidad epistolar. Dos opciones para hacer estallar el escenario. Y en su explosión nacer un juego
de fronteras y límites.