«Una novela de alto entretenimiento, de humor negrísimo, de brocha gorda, y la sensación constante de extravío ( ) entre otras virtudes tiene la de transcurrir en una ciudad de Montevideo que se aleja de los paradigmas onettianos y levrerianos: la ciudad no es solo escenario, es protagonista principal, una Montevideo desaliñada y poco amigable.» Gabriel Peveroni, Caras y Caretas.