¿Qué permanece en la memoria? ¿Por qué hay situaciones que emergen una y otra vez al pensar en alguien y otras tantas que se nos borran? ¿Qué dice de nosotrxs lo que recordamos? Desde la crudeza de una mirada incisiva, Iveth Luna Flores escarba en su historia personal, en la de su familia y en sus relaciones cercanas para responder esta pregunta. Ya no tengo fuerza para ser civilizada es un libro que de tan honesto, incomoda. Y es que la autora nos adentra en su intimidad para hablarnos de las mecedoras oxidadas de la casa de su infancia, de los vellos encarnados en el jabón que dejan lxs amantes, y de aquella vez en el Carls Jr después de que papá salió de rehabilitación. Siguiendo un estilo posconfesional, el trabajo poético de este libro consiste en transformar la materia de la vida cotidiana en poemas que asombran por su precisión al nombrar la complejidad y lo inasible de los afectos humanos. (Andrea Muriel)