Los ensayos que componen este libro, plantean una serie de conversaciones imaginarias, secretas o inconfesables entre el cine y la filosofía: Werner Herzog en un ficcionado encuentro con Bataille; Andrzej Zulawski en un dialogo, también con Bataille y Scheling, sobre el erotismo y la experiencia interior, que es la experiencia de loa sagrado; Marguerite Duras y el ejercicio trágico de crear imagenes del deseo, en un intercambio intelectual con Blanchot, Deleuze y Foucault; Philippe Grandrieux y la imagen-vibrátil, ensamble entre la imagen-visual y la imagen-sonora y, finalmente, Lois Patiño, quien en una conversación permanente con la pintura logra captar la experiencia de lo sublime.