Con una escritura ávida y una pasión intelectual sin límites, David Le Breton, ha sido pionero en desentrañar y expandir las derivas de una disciplina a la que ha llamado antropología del cuerpo. De cuerpo entero recupera una entrevista reciente en la que Le Breton recorre, de forma franca y generosa, recuerdos de su infancia, fragmentos de su trayectoria intelectual, los postulados de sus obras y lo que éstas le deben a sus maestros e interlocutores: Simmel, Hertz, Mauss, Merleau-Ponty, Foucault. En este biográfico se hace evidente también el romanticismo combativo de Le Breton y su lucha contra los tecnoprofetas masculinos y su tiranía de la apariencia; contra el deporte como fábrica de notoriedad y no como una experiencia sensorial y comunitaria; contra la sociedad del sedentarismo, que se mantiene sentada, lejos del humilde movimiento de la naturaleza; contra la saturación de uno mismo en un mundo hiperestimulado que no da tregua. Al fin, en palabras de Le Breton, somos nuestro cuerpo, no somos otra cosa que carne, pero una carne capaz de abrir sus sentidos para apropiarse de la experiencia del mundo. Perder el cuerpo, nos advierte el autor, es condenarnos a una paulatina desaparición.